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martes, 10 de marzo de 2009

Dibujo: El Salvaje Noble

De la serie:
Obra Pintada, Obra Escrita

Ensayo del pintor


...salvaje noble esta desnudo. Se muestra, nos mira. Mira. Pareciera estar ocupando un espacio escaso, para su humanidad. La humanidad, la otra, no le deja espacio, es salvaje. No esta en sociedad ocupando posición dominante. Esta afuera. Debajo, muy bajo del piso. Primera reflexión, papelito manuscrito abrochado junto a la obra, 1993.


Quizás noble, inocencia, desamparo, pienso hoy; 30.01.2005, una segunda reflexión. Más de diez años después. Pienso que cuando comencé a dibujarlo, sin intención de forma, de sexo, los primeros trazos van perfilando un ser. Poco a poco me va llevando el dibujo, voy dando forma a la final aparición humana, concreción sin razón, solo intuición. Poco a poco se va presentando. “El salvaje noble”, pienso: ¿Dónde estabas antes?

“El salvaje noble” rechaza la civilización, tiene despego de materia, de objetos, de personas, esta solo. Mutila la materia, no, ignora la materia. El se denuncia a sí mismo: Salvaje. No consume, es consumido por la mirada del pintor-espectador-hoy-escritor. La tarea, no-tarea, experiencia gratificante, el dejar fluir, el dejar correr, nacer. En el dibujar, en el escribir, todo transcurre, discurso textual-izado, imaginado, icónico. Se muestra dominando su espacio, recoge las piernas, esta plácido, no puede ser de otro modo, es ser de sí mismo, calmo noble, suyo.

Espacio contingente del pintor, del pintor... salvaje noble. El pintor no se ausenta, se imprime sobre la obra. El pintor no deja salir la obra. ¿Estaba en él, en “el salvaje noble” que pinta?

Estar fuera, otro poder, deseo de ser, desde sí, saber constituye la débil frontera de la segunda naturaleza que perece frente a su, la naturaleza primera, solo impensable, solo vacacional. Urbe, campo. Calle, playa. Asfalto, arena. Sol, alógeno. Palabras, índices, dianas. Emoción, razón. Holograma.

Ruptura, liberación, pienso, podemos escapar, pregunto. “El salvaje noble”, niño, cuna, dominio de si, respondo. No, no respondo, él-salvaje, por que el-noble. Su nobleza salvaje noble, ser salvaje bueno, salvaje inofensivo, contemplativo. Contemplación y desapego. Defino.

“El salvaje noble” no es real, su imagen es representación, introspección del pintor plasmada en espacio contingente que pinta. Ser de otro ser, ser de sí mismo, icono plástico pintura fetiche. Introspección desde dónde. “El salvaje noble” no es el noble salvaje rousseau, no o sí, intuición conocimiento, saber lo bueno y lo malo. Niño noble, niño salvaje, niño sabio en sí mismo, niño solo crece, niño solo avanza, niño solo vuela, niño solo muere. Sociedad aniñada argentina. Soledad. Mito rousseau, representación desde el inconsciente. Casualidad, causalidad de...

Gente sueña, salvaje noble transgrede, para ser. Esta afuera. Su deseo irreducible, asume, es, ser de sí “en el inconsciente sólo hay representaciones de cosas, no de palabras” no-se castoriadis, sé que representaciones son imágenes para pintores de salvajes nobles que se van construyendo sobre la incipiente obra que se va develando. Los sueños son interpretables, pero que sueña el salvaje noble cuando nos mira, cuando sueña que nos mira.

Otra vez, un 31012005, hay pasión, transformación del texto. Necesidad, sensorialidad en la creación, no hay rutina, hay ansiedad en la obra que se devela lenta. ¡Qué cosa! tiene vida, nos mira... existe, relación de nobleza, por momento tarea salvaje. Pintar, dibujar, escribir, zapping, rehacer, dedicación total al sujeto, zapping, de forma, de figura, de fondo, está ahí, zapping. El ahora es. Un cuerpo para ser visto.

Porqué el salvaje noble no esta socializado, él es individualista a ultranzas, el lobo estepario, no. Pero el mito rousseau esta planteado desde la socialización del solitario. Una socialización específica. Salvaje integra la sociedad, esta solo, es apartado, se aparta, esta dentro de la sociedad como salvaje. Apéndice. Sí solo en. Ni la colmena, ni el hormiguero son sociedades, hay sociedad donde las significaciones son constitutivas del ser-conjunto... salvaje noble afuera, parergon del ergón, centro sociedad, idealidad del afuera. El salvaje es narcisista, la fuerza del yo, el retiro, por convicción. La sociedad no lo aparta, el se aparta, se recluye. El pintor se recluye y se pinta noble o salvaje, a sí mismo.

Facetas, formas vaciadas de lo social, encontrarse nuevamente en el salvaje noble, otra vez más de diez años después, en el enclave del aislamiento de su atellier, meta, cuna, huevo. El salvaje noble esta incorporado en la sociedad, entre cuerpos hedonistas de individuos estéticos, que se comparten, que se vinculan, que se miran, él recluye su individualismo, identidad en el espacio comprimido. ¿Búnker individual? noble, original salvaje, robinson, iluminismo personal. Querer-ser-así, un ser de si mismo, así-es.


Copyright, Norberto Alvarez Debans.

sábado, 7 de marzo de 2009

Día Internacional de la Mujer


Homenaje
08/03/2009
Día Internacional de la Mujer

Feliz día para todas las mujeres,
motivo principal en mi obra pictórica. Por su ser, por su belleza, por la femineidad, que como aura ilumina su cara, su cuerpo de amarillo, de rojo, de verde, de violeta y así me deslumbran e invitan a pintarlas.

martes, 3 de febrero de 2009

La Obra Seleccionada del Mes

Reflexión, a modo de respuesta:
Me han preguntado con cierta frecuencia, sobre la cronología de las obras seleccionadas, que expongo mensualmente en el margen derecho del Blog. Pareciera, al juzgar por las preguntas, que al exhibirlas así, con esa frecuencia, y como “La obra del mes”, mi actividad creadora fuese de ese mes, y como consecuencia, pintar saltando de una forma, de un estilo, de un tema a otro, pero confieso, no tienen ningún orden cronológico de elaboración. Son solo obras que están dispersas en el taller y son seleccionadas por mí, a partir de una conducta personal, impulsiva, emotiva y no reflejan el orden cronológico de su creación.

Por Álvarez Debans

Como expresa el copete, la obra mostrada no tiene una cronología de factura, son cuadros que están en mi taller, y son muchos, como les ocurre a pintores que no están en el mercado, que no se dedican a exponerlos ni a venderlos, están ahí y punto. De pronto descubro una obra que me entusiasma y la selecciono para ubicarla en el Blog para este o para el otro mes. Es un acto totalmente arbitrario, sin ningún orden, sin ninguna “estrategia” de mostración, solo un estímulo recibido. Puede ser que entre la obra del mes anterior y la del presente, hayan pasado 10 años, solo se trata de la:”La Obra del Mes”

No soy un “curador”, quizás es por eso que las obras nos son mostrada con un “orden” solo soy un pintor outsider, ubicado fuera del canon artístico, si de una profunda vocación y dedicación artística, muy activo aún, piensen que tengo casi dos mil obras pintadas regularmente, desde el año 60 a la fecha de las cuales tengo un detallado inventario. Es cierto que he participado, en algunas exposiciones colectivas, he realizado alguna que otra muestra individual y he vendido algunas de ellas, pero se trata de acciones muy aisladas. Creo que lo mío es pintar y acondicionar la obra en el taller, hasta que alguien las descubra en el futuro y quiera ocuparse de ellas más ordenadamente.

Doy un ejemplo de 3 obras expuestas, como “La Obra del Mes…” durante el año 2007, ubicadas en el margen derecho del Blog pero ahora, ordenadas cronológicamente:






Obras:
Mujer Viperan, Pintura Acrílico sobre tela. 100x120 cm. Finalizada: 23/05/1999.

Me pagan para mirarme, Acrílico sobre tela. 55x64 cm. Finalizada: 26/09/2002.
Modelo con sombrero verde, Acrílico sobre tela. 33x37 cm. Finalizada: 27/04/2003.
Mujer Realy Show, Acrílico sobre tela. 49x58 cm. Finalizada: 13/08/2007.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Marcel Duchamp, Rueda de bicicleta (Roue de bicyclette)



OpiniónPor Norberto Álvarez Debans

Recientemente visité el nuevo edificio de la Fundación Proa, amplio, luminoso, armonioso, funcional, donde pude apreciar la exhibición de la obra de arte de Marcel Duchamp, (Francia, 1887-1968), según su declaración se trata de una obra que, “no es una obra de arte”

Como suele ocurrir cuando me acerco a este artista, me detuve frente a su banqueta de cocina sobre la cual esta montada una horquilla de bicicleta con una rueda. Me fascina esta obra del año 1913, mucho más que el provocativo y promocionado mingitorio. Es una obra simple, notoria, se presume movimiento pero esta en reposo, un objeto que gira pero esta quieto, está en un delicado equilibrio, balanceado, suspendida en una horquilla erguida, montada sobre la banqueta. Se la considera una obra pionera del arte cinético.

Pero qué ocurre, parece ser que hay varias versiones de la “Roue de Bicyclette” e ignoro si esta muestra exhibe la obra original u otra versión, pero puedo marcar algunas diferencias sustanciales.

-La versión que ilustra el catálogo de la muestra de PROA, reproduce una banqueta blanca, muy grácil, con patas delgadas, torneadas y una superficie plana, el asiento, con bordes redondeados, una estética atractiva, que atrae la atención. Luego sobre la superficie plana, en el centro, se erige una horquilla de bicicleta, muy recta de color negro con una arandela cromada en su base. Sobre sus extremos se asienta el eje y una llanta de bicicleta con los rayos cromados y el aro de la llanta de color negro. Horquilla recta erguida y aro de la llanta se unen en el color y se contraponen con sus formas, la línea recta y la línea curva, presentadas en quietud. Una re-presentación, un objeto readymade. Excelente obra, banqueta, horquilla y llanta tratando de integrarse, se la percibe muy prolija, quizás maquillada, con respecto a otra versión que comento seguidamente.

-La otra versión muy reproducida en el ámbito artístico, nos muestra al artista y detrás de él, en el costado izquierdo, básicamente la misma obra pero en otra versión, quizás más real, con más personalidad, más contundente. La banqueta parece usada, tiene golpes, raspaduras, sus patas son fuertes, sin torneados, de color madera, sin pulir, esta en un segundo plano para el observador o debajo de la línea de la horquilla-rueda. Luego, nuevamente la horquilla y la llanta, todo de color negro, los rayos, el aro, el eje, las tuercas, no hay distracciones o “ruidos” en la percepción de la misma, pero hay un detalle que sobresale y transforma la obra, la horquilla termina curva, se inclina hacia un costado y en la base se prolonga por debajo del asiento de la banqueta. El mensaje es otro, es otra “Roue de bicyclette”, más pesada, menos grácil, la banqueta queda debajo, en segundo plano, el último tramo de la horquilla parece acercarse a la forma radial de sus rayos. Y la línea curva junto a la curva de la llanta, inauguran una forma de presentación inédita, distinta de la obra presentada en la muestra de Fundación PROA recién comentada.

Contrastación:
-La obra expuesta en Proa, presenta una erección, una horquilla recta, de color negro que sirve para exponer el objeto rueda, un círculo negro suspendido en el espacio. Abajo una base blanca, una banqueta grácil que sostiene prolijamente la “Roue de bicyclette” Dos elementos uno negro otro blanco, uno arriba, el otro abajo.

-La obra reproducida por diferentes medios, presenta una totalidad, un constructo banqueta-horquilla-rueda, con cierta fortaleza, suma formas diferentes y destaca la llanta. La horquilla atraviesa visiblemente la banqueta donde está suspendida, se dobla en su tramo final, se cae, se alinea con los rayos. La obra tiene peso, tiene una intención demostrativa de conjunto. Todo es uno, banqueta-horquilla-rueda.

En ambas hay un elemento elegido, la banqueta-madera, para sostener el objeto-metal destacado, que da nombre a la obra. En una de ellas es claramente otro objeto, acentuado con un color diferente, blanco. En la otra hay pertinencia, se juntan, interactúan.

Otra situación para ambas, ¿hay sinécdoque? Es decir, resalta un parte del todo, la horquilla, la rueda, para expresar el todo, ¿la bicicleta?

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Citas:(1) Catálogo de la Fundación PROA, de la exhibición deMarcel Duchamp: Una obra que nos es una obra “de arte”. Ilustración Roue de bicyclette, 1913/1964. © Sucesión MD, 2008. ADAGP/París, AUTVIS/Sao Paulo.
(2) Viva, La Revista de Clarín, 02/11/08. Estuvo aquí y nadie lo vio. Pág. 62/63.
Artículo relacionado:
http://www.unex.es/conoce-la-uex/estructura-academica/centros/fyl/archivos/ficheros/material/rueda.pdf

martes, 16 de diciembre de 2008

Graffitis frente al Parque Lezama

Comentario
ARTE URBANO

La esquina de Paseo Colón y Brasil fue el escenario elegido por jóvenes artistas urbanos para plasmar obras de esta tendencia. Entre los días 13 y 14 pintaron obras originales y muy atractivas.

Trabajos de calidad con temas y estilos diversos dan belleza al lugar, sobresalen coloridas artes de letras e imágenes impactantes, figuras, que nos recuerdan los dibujos de historietas o personajes propios de los juegos electrónicos o la televisión.

Estos trabajos de arte, perecederos, efímeros, están muy cerca de ser arte, creatividad les sobra, tienen estilos diversos, dinámicos, estáticos, generalmente composiciones apaisadas, donde mezclan letras y figuras de personajes propios y diversos.

Se aprecian obras de artistas como: Cray Fish, Zear One, Maze, Teko, Shonnis, Dano, Juan Abba, Jazz, Nerf, Link, Dres, Cast144, Daibo, Ever, Poeta, Marte, Roma, Cabe y Dame, entre otros (1)

A los que pintamos obras de caballete, nos llama la atención esta escuela del graffiti, muy frontal, expresionista, colorida y con gran impacto. Sus obras nos invitan a detenernos frente a ellas, para apreciar el grado de abstracción o legibilidad con que están elaborados, tratando de interpretar la significación que esconden o representan.



Es evidente que han evolucionado los estilos, desde la década del 60 a la fecha, aunque todos conviven en la ciudad, desde el estampado de simples firmas de escritores del aerosol, a la de artistas de la imagen urbana mucho más trabajada y compleja. Los más temidos por los ciudadanos de Buenos Aires son los que estampan solo firmas o “Tag” o sea la base y origen del graffiti y buscan crear una multiplicidad de ellas, es decir estamparla en cuantas paredes encuentran, sin respetar las viviendas de los ciudadanos, (soy un damnificado), los monumentos o los edificios públicos. Salvando esta situación, es interesante esta actividad creativa, me agradan cuando desarrollan obras elaboradas, con letras trabajadas con bordes o filetes, también llamada “pompa”, hasta llegar estilo “salvaje”, “basura”, “pastel”, con tipografías con flechas, rabos de demonios, corazones y ornamentos casi barrocos, que le imprimen una dinámica muy atractiva. Finalmente componen personajes que acompañan las letras tipo cajón o 3D, gruesas, muy contrastadas, casi convertidas en objetos, con dimensiones extendidas, apaisadas de gran impacto visual.

Primeros creativos, en la actualidad artistas urbanos, seleccionan lugares, generalmente paredones de terrenos baldíos, como en este caso, y componen un paisaje atractivo y muy significado en la ciudad.

Por Norberto Álvarez Debans
artdebans.blogspot.com

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viernes, 31 de octubre de 2008

La Rosa China

Cuento Por Norberto Álvarez Debans



En el patio de mi casa planté una Rosa China. Advertí que este vegetal tiene sus propias creencias. La miro, la admiro y la respeto. Sus flores son hermosas, lamentablemente ya no las puedo observar desde el patio, ha crecido mucho. Las puedo ver sí, desde arriba, desde la ventana de mi dormitorio, ubicado en el primer piso.
¡Qué grande está ahora, mi Rosa China!

Un pequeño colibrí la visita varias veces al día. Seguramente advirtió la cuenca colorada y profunda de sus flores, donde introduce su pico curvo y largo para libar el preciado néctar que producen. La sola imagen de la planta verde, erguida, buscando la luz, y la visión del menudo pajarito, flotando en el aire, con rápidos aleteos y suaves silbidos, junto a las flores, justifica todo el cuidado y la admiración que le profeso.

Es tan matemática mi planta, que no parece un vegetal. Tiene sus días guionados, a veces pienso que se trata de un Sistema Rosa China. Podrían observar ustedes, cómo un día ella se desprende, prolijamente, de las corolas de pétalos arrolladitos sobre si mismo, como cucuruchos, desde adonde apenas sobresalen los estigmas marroncitos. Cada uno de los cucuruchos de viejas flores, cae al piso con un ruidoso y pausado: ¡Plaf!, ¡Plaf!, ¡Plaf!

Poco a poco el patio se va cubriendo de estos restos. Una nueva serie de flores que estaban en sus cálices por nacer, al otro día, se abren y vuelven a cubrir de rojo, la hermosa copa de la planta. Un día después de esta floración, el patio se cubre de cáliz, vacíos de pétalos, sólo sépalos que se parecen a unos conitos facetados, de color verde claro.

Al tercer día se caen los pedículos, esos palitos amarillos, muy delgados, que sostenían las corolas y las flores pegadas al tronco. Luego vuelven a caer los cucuruchos de pétalos con el estigma, y así, se repite regularmente este ciclo. Entre cada uno de ellos, se desprenden algunas hojas amarillentas, manchadas, arrugadas, para dar paso a las nuevas y lustrosas. Ese es el día en que riego las raíces de mi Rosa, medio balde de agua es suficiente, para ayudar al sistema que ha creado. Así es como nos entendemos, ese es el idioma que hablamos, flores rojas, colibrí, admiración, desprendimientos, meditación y agua fresca.

Lástima los gorriones. Ellos suelen visitarla, mucha más frecuencia de los que estamos dispuestos a soportar. Alborotados, van saltando torpemente de rama en rama, con total desparpajo. Estos pajarracos alteran su ciclo de desprendimientos. Si no lo advierto, porque no estoy en casa, me doy cuenta a la noche cuando regreso. Veo el ciclo de desprendimientos todo alterado, se mezclan corola, sépalos, pedículos, hojas amarillas, sobre las baldosas del patio. El colibrí es el primero en huir cuando advierte a esa banda de sucios gorriones, además estos pajarracos ruidosos, marrones y grisáceos, saltarines, manchan de blanco el patio con sus apestosas deposiciones.

Se que a Rosa la molestan, tanto como a mi. Que bien hice al plantar a Rosa en el patio de casa ¡lástima los malditos gorriones! Mi vecino, que también la admira, opina que los gorriones están para alterar el ciclo de Rosa, para que esta no sea tan monótona y reiterativa con sus continuas floraciones y desprendimientos. ¡Siempre tan entrometido el tipo ese! al fin y al cabo, él que sabe, si no vive en casa con mi Rosa y, tampoco entiende nada del idioma chino con que se comunican mis flores.

Ayer, 28 de octubre a las 03:45 PM, maté a mi Rosa China, hacía tanto calor en el patio. Mi plantita, estaba esparcida por todo el piso, desmembrada. Me angustió mucho serruchar sus troncos, cortar sus ramas y tirar sus flores a la basura. ¡Pobre colibrí, como la va a sentir! pero por suerte, ya no vendrán más esos sucios gorriones, a importunar a mi Rosa.

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Copyright Norberto Álvarez Debans

sábado, 25 de octubre de 2008

La Pequeñez de lo Viviente

Cuento
Por Norberto Álvarez Debans
En todo lo que hicimos hubo un juego, oculto pero un juego al fin. Lo razono ahora, después de pasar tantas dificultades a causa de ellas, y precisamente en este momento, en que dudo si acostarme o no...Me daba cuenta de que me habían atemorizado a pesar de su pequeñez. Y todo comenzó cuando iba a buscar la azucarera por las mañanas. Lo hacía nervioso, en guardia, temiendo verlas. Destapaba el recipiente e inevitablemente las encontraba ahí. Con su presencia inquieta, oscurecían el contenido. Esa multiplicidad de hormigas componía un manto que cubría el azúcar. No siempre se presentaban así. A veces, habilidosas, se entremezclaban con los finos granitos y después de una suerte de ocultamientos y apariciones repetidas, surgían poderosas como un tanque lustroso, portando un minúsculo terroncito entre sus pinzas.

Pero era ese brillo rojizo lo que me molestaba, y el verlas moverse con tanta libertad sobre lo que era mío. Y en esa disputa por la propiedad, comencé a temerles. Después de la sorpresa desagradable de encontrarlas allí a diario, corría al baño y vaciaba con rabia el contenido en el inodoro. Luego las observaba nadar entre el azúcar, (que se hundía rápidamente), y el agua. Ellas con sus patitas extendidas buscaban flotar torpemente en la superficie, hasta que, decidido, presionaba el botón del depósito y entonces veía esa cascada acompañada del ruidoso murmullo del agua levándolas. Las hormigas desaparecían en medio de un remolino que las hundía hacia las cañerías internas de la casa. Luego, satisfecho, llevaba la azucarera a la cocina y la lavaba, secándola repentinamente para verter otra vez en ella el azúcar. Eso sí, me deleitaba viendo caer los finos granitos que se precipitaban cubriendo el espejado fondo de acero, hasta colmar la azucarera, recordándome la arena clara de un antiguo reloj. Sólo después de esta operación podía desayunar tranquilo, y así, todos los días.

Pero fue una de esas mañanas, cuando urdí el plan de esconder la azucarera después de desayunar. Creo que en ese hábito posterior de ocultarla estaba el juego y ellas centraron allí el desafío. Yo que la ocultaba, preservando lo que era mío. Ellas, que solo buscaban apoderarse de cuanta azúcar encontraban. Pero era seguro que algún rastro les dejaba como una pista involuntaria, pues las hormigas invariablemente encontraban la azucarera. Quizás cuando regresaban del baño iba dejando caer los granitos de azúcar. Llegué a pensar en Hansel y Gretel y sus trocitos de pan, en una repetición involuntaria del cuento. Por eso me doy cuenta ahora, intentaba barrer afanosamente las diminutas y casi imperceptibles partículas de azúcar, que seguramente caían en el piso cuando iba o regresaba del baño. Las hormigas aparecían invictamente en la azucarera todas las mañanas. Se plegaban al juego, pero como una recreación de la guerra, como si desde su pequeñez quisieran incitarme, mostrándose desafiantes.

Ahora tomo el desayuno sin azúcar porque no quiero seguirles más el juego, pero el café cada día me resulta más amargo e insoportable.

Días pasados, cuando regresé de las vacaciones, casi no creí lo que veía; el tarro que contenía el azúcar -con cuyo contenido llenaba la azucarera- había sido derramado, (no me pregunten cómo), pero seguramente en una acción colosal de las hormigas, aprovechando mi ausencia. El contenido casi no se distinguía, cubierto de miles de cuerpecitos rojos y brillantes. Se movían afanosas y coronaban sus cabezas con las pequeñas partículas blanquecinas, que transportaban enfilándose en largas caravanas.

Negarles el azúcar a las hormigas es imprudente, por las represalias. Ahora las he visto en el dormitorio, sacando tierra de los cimientos de la casa y creo advertir el juego; una elaborada venganza, una solapada acción donde siempre ganarán ellas. Para colmo he soñado una caída a través de un enorme remolino de arena blanca, que me lleva en círculos, atado sobre mi cama, arrastrándome hacia un abismo que termina en un fondo de azúcar húmeda y gelatinosa, final donde me esperan millares de esos pequeños insectos que se fueron por el inodoro con sus pinzas listas para consumar la venganza... ¿Comprender ahora mi temor a acostarme?


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Del libro inédito, Zangamanga. Cuentos para leer bajo el Paraguas.
Capítulo 3, Bajo el Tercer Paraguas.
Copyright Norberto Alvarez Debans