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martes, 18 de mayo de 2010

GALERIA 4

Obras publicada en el Blog año 2007







Sacrificio Fashion
Pintura acrílica
96x136cm
17/03/1998


Mujer Viperan
Pintura acrílica
100x120cm
23/05/1999












Mujer Reality Show
Pintura acrílica
58x48cm
13/08/2007
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Copyright Norberto Álvarez Debans, Reservado todos los derechos.
Se permite publicar las imágenes en el ámbito de Internet haciendo expresa mención al pintor y del Blog.

martes, 27 de abril de 2010

LOXON,.. NOS ESTAN MIRANDO!





Pintura, Arte y Publicidad se juntaron.

Una conjunción interesante; pinturas LOXON, para artistas, junto a detalles del cuadro “Nos están mirando” de Álvarez-Debans, se exponen publicitariamente.






viernes, 2 de abril de 2010

Norberto Alvarez-Debans ama pintar mujeres

Entrevista de Ilona Selmeczi para la Revista "Dirigencia", Marzo 2010.

¿Por qué?

¿Que otra imagen podría mostrar y mostrarme, más atractiva que una mujer? Veo mujeres en la ciudad y las observo detenidamente. Estudio su comportamiento, su rostro, su gestualidad. Caminan envueltas en sus auras de colores diversos, las hay amarillas, violetas, azules… ¡De pronto, en un segundo, una mirada!.. Que sucedió, no sé, pero esa mujer ha quedado en mi retina y mientras la pienso, se que la pintaré.

¿De qué modo encarás la pintura?

Soy un pintor de caballete, no copio nada, no hago fotografías para colorear después, no uso proyector. Me aproximo a la tela en blanco y la observo un largo rato hasta que de pronto, tomo una carbonilla o un pincel y voy encontrando un tema. ¡Odio los bocetos y las gomas de borrar! Lo dibujado, dibujado esta. Luego todo se va acomodando con los colores.

¿Que es el arte para vos?

Te cuento una anécdota que define el arte; mi nieta Mica, (8 años), es una admiradora de mi pintura, se interesa, pregunta, pinta al lado mío. Copia los cuadros que estoy haciendo creando su versión, por supuesto más fresca que la mía. Un día pintaba yo una mujer desnuda para el titular de mi Blog: http://artdebans.blogspot.com/ ella la ve y pinta a su mama, en la misma posición y agrega unas flechas señalando sus partes íntimas con el nombre popular. Me muestra su pintura y dice: -Abú colócala en mi Blog (tiene un Blog, con sus dibujos y pinturas), le respondo – ¡No puedo subirte eso Mica! Pregunta; -¿Por qué? Por que no, porque es una pintura de una mujer desnuda, que decís que es tu mamá y le has colocado esos carteles. –Y qué, ¿acaso vos no pintas mujeres desnudas? Si pero esto es arte, respondo. Ella me contesta; ¡Y bueno!.. Lo mío también.

¿También sos publicitario, un profesor, un escritor?

Si, soy publicitario, hice una carrera prolongada en esa área, en empresas, agencias, medios, y soy profesor, en diferentes universidades. He escrito varios libros sobre publicidad, también hago literatura, pero nunca dejé de pintar. Mi padre, publicitario y pintor, fue mi primer maestro. A los 12 años ingresé en la Escuela Provincial de Bellas Artes en Paraná. En Buenos Aires frecuenté el taller de Meco Castilla y el de Nora Iniesta y el de los escritores Isidoro Blaisten y Gudiño Kieffer, pero esa es otra historia. Con la publicidad trabajo, con el arte vivo.

¿Vendés cuadros?

Si he vendido cuadros, es una sensación rara. Por un lado alguien se entusiasma con un cuadro mío y es muy halagador encontrarle un dueño, pero es triste ver cuando se lo llevan del taller. El cuadro es un valor estético, emotivo, único, le da sentido a la existencia, un momento en el imaginario del pintor. Soy feliz-infeliz, es una sensación entre opuestos, es una simbiosis que se rompe. La anécdota; una pareja compró un cuadro mío, la mujer mientras lo observaba detenidamente, le preguntó al marido, en voz baja: ¿lo vamos hacer bendecir, verdad?

¿Esta cambiando el arte, la forma de exponer, desaparece lo tradicional?

El arte recorre nuevos caminos, ahora es una pluralidad. El pintor escribe, hace fotografías, representaciones, perfomances, instalaciones, usa proyectores, crea ambientaciones, teatraliza, contrata actores, se manifiesta con espectacularidad, sin forma definida, muestra el proceso de la obra, habla del concepto, para “ayudar” al producto final. Todo es muy caro, se necesitan recursos virtuales. La pintura va ha ser cada vez más elitista, quizás ya no se llamen pintores o artistas plásticos, están pasando del mundo físico al mundo virtual. Hoy el solo pintar y mostrar un cuadro parece muy poco, frente a la hipérbole, a la espectacularidad, con que se muestran los nuevos artistas. Quizás aquella frase de Jorge Romero Brest de los años 60 finalmente se cumpla “la pintura de caballete muere”

¿Vos que pensás?

No reniego de los formatos actuales, del hipertexto, de la digitalización -he hecho obra virtual, estoy en un Blog- todo cambia, el mundo del arte también. El placer de pintar, con el pincel, sobre la tela blanca iniciática, sigue siendo un acto de creación vivencial, una experiencia multisensorial, irremplazable, como las mujeres y el amor. D

jueves, 25 de marzo de 2010

“Nunca toque el ala de la mariposa con un dedo”

La lectura de esta frase de Colette (*) me llevó a crear este breve texto para mi regreso al Blog.

Por Norberto Álvarez Debans

El toca el ala de la mariposa e inmediatamente después, es ver las yemas de los dedos del pinzado pintados, con un fino polvillo coloreado y disperso. Imagen sentida, angustia de haber dañado para siempre el frágil insecto, que volaba libre sus vuelos de mariposa en el aire del jardín. Sus colores y sutilezas, suspendidas en un vuelo lento, desmañado, a saltos entre las olas del viento. Una realidad de vuelo entre cielo, jardín y un aposentarse final.

Un arriba y un abajo, frente al hombre que observa sus alas y sus aleteos a través de la luz del sol, esperando que baje. Entonces es cuando la toma de sus alas, apretando los dedos para que no escape, para observar maravillado a esta pequeña vida geométrica, casi pop, animada por la naturaleza.

El la toca, sin pensar que la daña, su vuelo de fuga y alas rotas, se vuelve torpe. La mariposa cae arrinconándose entre las flores, se inclina levemente, muere…
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(*) Sidonie Gabrielle Claudine Colette. “Collete” novelista francesa (1873-1954) Frase citada por la Revista Ñ, Nº 338, Columna Perlas Cultivadas, pág. 2, 20/03/2010.

viernes, 15 de enero de 2010

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ESTE BLOG SE TOMA UN DESCANSO HASTA FINES DE MARZO DEL 2010.


El 31 de diciembre de cada año suelo pintar-me un autorretrato, el 2009 no fue una excepción y como pueden apreciar hay un tema que se reitera en los últimos trabajos, en este caso, el cuadro expuesto anticipa una determinación que vendría días después.

Las dos caras del ser retratado, la del pintor y la del escritor, este último resuelto en color blanco, pasa a un primer plano, dejando en las sombras al pintor. Esta dualidad pintor-escritor es de larga data, es decir desde siempre y la forma de armonizar y equilibrar al ser bifronte, es que uno ceda la creación al otro, ya que crear es parte de este ser en su totalidad. Ese camino de dar y resignar, es el que he encontrado para sobrellevar los dos personajes, en realidad, una razón para sobrellevarme.

El motivo:
Estoy escribiendo, a diario, con gran intensidad, para terminar la 2ª edición del libro Impacto en los Cinco Sentidos (2000) y entregarla a su editor.

Los saluda cordialmente;
Álvarez Debans, pintor.

martes, 15 de diciembre de 2009

EL SI LUGAR

Crónica de un viaje anunciado:

Un viaje a la ciudad natal, motivo; 50º aniversario de egresados de la Escuela Nacional de Comercio.

Por Norberto Álvarez Debans

Volver a la ciudad natal después de varias décadas para encontrarse con compañeros de la secundaria, llena nuestros espíritus de sentimientos y emociones. Actos que nos conmueven profundamente, opresión en la garganta, lágrimas escondidas que apenas si asoman.

La ciudad, Paraná y los compañeros, de aquellos tiempos, ubicados ahora en un aula que nos fuera común, a lo largo de 5 años de convivencia, hace tanto tiempo. Adolescentes inquietos, curiosos y dispuestos al conocimiento y la amistad. Viejas picardía, bromas, paradigmas que vuelven a hacerse presentes, adolescentes que han crecidos, cautelosos, ávidos de volver a verse como en aquellos tiempos. Para muchos, la ciudad alberga nuestro primer hogar, nuestros padres y los familiares, hoy casi todos muertos, es el “si lugar”. Es el origen, el “ground cero” de nuestras vidas. De la amistad, del cariño y del primer amor.

Un programa a respetar, visita a la escuela, recepción de la rectora actual, mujer joven y simpática. Visita a una de “nuestras” aulas, allí; palabras de un antiguo rector, de un celador de aquellos tiempos, emociones, algunas lágrimas resbalando lentas por los rostros, por momentos adustos, labrados de arrugas, pelos blancos, palabras, silencios, voces que conmueven, que se meten despacito en nuestras mentes. Imágenes de abuelos-alumnos sentados en pupitres, algunos distraídos mostrando sus fotografías, conversando entre sí, orgullosos de sus familiares, de sus hijos, de sus nietos y por momentos llenos de risas, brillo en los ojos y alegría. Sentimientos encontrados, emotividad y felicidad, pasado y presente, que se funden a cada momento.

Alguien sugiere que cada uno de nosotros cuente aspectos de su vida, anécdotas, opiniones, lo que desee hacer saber. Poco a poco cada uno se va parando al costado de los pupitres y narran. Algunos se expresan con facilidad, otros con dificultad, pausados, como masticando los recuerdos, otros excitados, con muchas ganas expresan sus vivencias, ricas, abundantes, es la vida que ha pasado, diferentes, parecidas entre si, llena de matices. Cincuenta años que se han ido, desde el alma, resbalándose por entre los dedos y, otra vez las lágrimas y las risas, inundan el aula. Aplausos, continuos aplausos, para a los diecinueve oradores que han verbalizado sus vidas en unos pocos minutos cada uno.

Nos miramos, nos sonreímos, nos descubrimos, nos vemos detrás de las caras actuales, descubrimos juventud, detrás de la vejez, Ahora es salir lentamente del aula, nadie tiene apuro, caminar por las antiguas galerías en un día gris, una fina llovizna nos acompaña salpicando nuestras vidas, avanzamos un poco más en el día programado y los recuerdos que como un aura blanca nos envuelven y así los paseamos. Caminar en silencio, gozar con el paseo, que quizás no se repita.

En este “si lugar”, hay pertenencias, vivencias, recuerdos que nos unieron y que nos unen, hay amistad. Recuerdos de profesores, de circunstancias, que había dormido durante décadas en nosotros y hoy aparecen, surgen lentamente, un telón que se corre y hasta pareciera que nos vimos ayer, todos prendidos del recuerdo que supo juntarnos hace 50 años y ahora otra vez, todos juntos en la escalera, flashes, cámaras. Nadie quiere perderse nada, fotos que hay que llevar a casa, para algunos muy cerca, para quienes se quedaron a vivir en Paraná, para otros, a cientos o miles de kilómetros de allí. Para los que viajaron para la conmemoración, para reencontrarse con los recuerdos, fotos para asegurarse que existieron esos recuerdos, que todo fue cierto.

Al medio día un almuerzo, ya cada vez más nosotros mismos, los seres de hoy y sus recuerdos. Una amistad que ha renacido. Una larga mesa de un restaurante nos contiene, intercambiar mail, celulares, un tiempo tecnológico que ha cambiado nuestras mentes. Por la noche, una cena en casa de una compañera, ya estamos como estuvimos hace décadas, sentados entre compañeros, entre amigos, allí risas. De pronto una compañera que no estuvo por la mañana que ha llegado, esta ciega, camina despacio, la acompañan y nos va reconociendo, sus manos repasan relieves en los rostros, muchos sufren, otros lloran en silencio al verla así, ella sonríe, es feliz otra vez.

Al final de la cena, un compañero se devela como un humorista genial, talentoso. Nos hace reír a carcajadas, contando su cuento único, sin fin, de un gaucho muy particular, medio aventurero y medio filósofo. Un caminante de las pampas chatas argentinas, querible, vacilante y lleno de vida simple y austera. El rostro, su discurso, sus inflexiones, su gestualidad, nos conmueven,.. Brillante, como esta noche de egresados, quizás mañana todo lo acontecido parezca un sueño.

El hecho fue real, el día 11 de diciembre de 2009, en la Escuela Nacional de Comercio de Paraná, Entre Ríos. Llovía.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Te ruego que la leas

Cuento:
Por Norberto Álvarez Debans

Se que en ti hubo sutileza en todo lo que hiciste. Además, si hubo una primera vez, fue nuestro descuido. Así lo supimos aquel domingo cuando regresamos de Palermo y fue notar tu ansiedad por revisarlo todo, pero de esa manera que tuviste desde el principio. En nosotros, te confieso, privó la sorpresa por sobre el temor de hallarte aún en casa.

En un primer momento, nos pareció que habías ingresado, por aquella ventana que encontramos abierta. ¿Un decorador de la contradicción? Ya que fue ver todo en el lugar opuesto al elegido por nosotros, para lograr ese equilibrio de la casa y sus objetos; ese mundo en el que encontrábamos nuestras personalidades. Apenas entre, supe que eras una mujer. Quedó tu perfume flotando en las habitaciones y la delicadeza de los objetos retirados de sus lugares y puestos en posiciones opuestas, pero con cierto orden, con cierta valorización estética, como si privara en ti el arte por sobre tu actitud de robo.

Te confieso que aquella primera vez nos tomaste por sorpresa. Nunca nadie había entrado así en casa. La novedad, acompañada del razonamiento posterior produjo ese temor frío que nos invadió luego. Esa sensación que nos quedó de haber sido violados en nuestra intimidad, en nuestros placares, en esos cajones abiertos como exponiendo nuestra persona a tu curiosidad. Tan es así que fue correr cada uno dentro de la casa buscando las cosas más personales, las más queridas y verificar cuál de ellas no estaba. Y de alguna manera, si eso perseguías, hiciste con tu desorden que sin darme cuenta entráramos en una competencia doméstica tratando de determinar con mi mujer, a quién le habían llevado más cosas, que objeto no estaba más.

Veíamos pasar los días sin salir de la sorpresa de haber sido robados. ¿Porqué a nosotros? A medida que descubríamos nuevas faltantes, la vivencia de tus actos volvía a nosotros cada vez más seguido. Imaginando una y otra vez, hasta el cansancio, la forma de tu ingreso y los medios de los cuales te valiste para captar información. Y esa forma silenciosa y sutil de retirarte. Es más, a pesar de los días transcurridos, aún sentíamos tu perfume donde seguramente posaste tus manos o tu cuerpo. En mi escritorio, cada vez que corría la cortina que cubre la ventana, aspiraba tu perfume. Pero muy a mi pesar y como todas las cosas, la fragancia se fue diluyendo con el desabrido transcurrir del tiempo.

Y fue esa primera vez cuando mostraste tu personalidad de mujer. Por las prendas que te llevaste, por las alhajas que elegiste y sobre todo por la blusa y la pollera de mi mujer, haciendo juego. La entonación que buscaste con la acertada cartera y los zapatos, sé que fue como regalarte algo para lucirlo. Pero aún así, me agradó saber que te llevaste aquello... y tú sabías de mi aprecio. Sabías que ese gesto, esa delicadeza de dejarme un papelito en la mesa de luz serviría para conmoverme, para que te disculpara. Y ese último significante, "perdóname", escrito sobre la madera fibrosa, con ese lápiz de mina gruesa, aún así tenía la liviandad de tu trazo, esa gracia de mujer, ese pequeñísimo remordimiento que sentiste al llevarte aquello. Sabías el valor que tenía, lo mucho que significaba para mí.

La primera vez note que solo retiraste objetos de mi mujer y aquello que tanto extraño; luego te dedicaste a acomodar mis cosas en otros lugares, como jugando con los volumenes y las formas, reubicándolos a tu manera, después sentí que con ello me habías prevenido de tu próxima visita, casi agrupastes lo que te llevarías.

Cuando ya habíamos bajado la guardia, cuando casi ya no se hablaba del tema, entrastes otra vez. Fue mucho más burdo: la filmadora, el proyector, las cámaras fotográficas, las máquinas de calcular, eran valores que sobresalían por su tamaño, más que por lo que te iban a dar. No tocastes nada más. No abriste los cajones, eso sí; hojeastes el libro Alicia en el país de las maravillas y no sé porque lo hiciste, aún no lo sé... Volví a encontrar otro mensaje, esta vez un papelito sobre las camisas recién planchadas, te juro que me conmoviste al agregar mi nombre a la disculpa: "Tuve que hacerlo, perdóname Norberto"

Le escribí: "-Leí y releí Alicia en el país de las maravillas, y no sé, no supe porqué elegiste ese libro, tampoco se de dónde sacases mi nombre. Se que vas a intentarlo una tercera vez, porque me lo anunciastes otra vez, y te lo agradezco. Moviste todos los cuadros, el equipo de sonido y los televisores, como anunciándome, como explicándome que tu sola no tenías la decisión, que no era solamente tu responsabilidad, que la tercera vez sería en otra escala, quizás los muebles. Por esta razón te espero. Quiero comunicarme contigo, por eso te escribo esta carta, porque es la única forma que tengo de decirte todas estas cosas, porque no sé como jugar con tus objetos, tampoco podría, como lo has hecho vos con los míos. Pero también quiero decirte que si pretendías comunicarte conmigo, lo has logrado, con solo apreciar tu conducta, tu forma de realizar el trabajo, tu forma de ser. Esa actitud lúdica de mover mis cosas y el gesto de dejarme esos mensajes, por todo eso sé que me devolverás aquello, tan pequeño e insignificante para extraños, que te llevaste y que es lo único que tengo... lo demás es todo tuyo. Con afecto, Norberto" La doble y la dejé sobre un mueble.

Seis meses después, un fin de semana en que viajamos a Mar del Plata, se produjo la tercera visita a casa. Mucho más violenta, ya que imaginando el próximo robo, mi mujer quiso asegurar puertas y ventanas, reforzando las cerraduras. Tuvieron que forzar la puerta, destrozándola. La casa la encontramos casi vacía. Tres o cuatro días posteriores a este hecho, no lo sé con certeza, luego de sonar el timbre de calle, encontramos en el buzón de la correspondencia, una bolsita de papel madera. Tenía el perfume de aquel primer día, confieso que me sorprendió, hasta sentí cierta alegría.

Con ansiedad por abrirlo, casi rompo la esquelita que contenía: "Norberto, te devuelvo lo que querías y te ruego me perdones",.. Envuelto en la frágil servilleta de papel estaba el pequeño objeto que tanto apreciaba y una firma: ...Alicia.
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Del libro inédito: Zangamanga. 2º Capítulo. Norberto Álvarez Debans.
Copyright Norberto Álvarez Debans. Se autoriza su reproducción en trabajos académicos y en Internet, citando el autor y la fuente. (Blog)