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martes, 30 de agosto de 2011

El Retrato, una experiencia artística de intimidad

Por  Alvarez Debans
El retrato es una experiencia artística de intimidad, un modo desde el arte de acercarse al otro, de penetrar en su ser y develar su esencia, desde uno. Una co-creación, una imagen de otro que se devela en uno, una copia original o una interpretación del pintor. Me gusta incursionar en este arte de ver una cara y retratarla.




sábado, 2 de julio de 2011

Evolución Cero

Comentario sobre la obra:

Características:
Pintura acrílica sobre tela.
200 x 115 cm.
Terminada: 29/12/1986
Catálogo: Registro Nº 408

Por Norberto Álvarez Debans

El título del artículo repite la mención de la obra que encabeza el Blog, la misma data del año 1986 y ha estado en mi taller sin haber sido expuesta (*)

En ese año el 26/04/1986, la central atómica de Chernóbil (Rusia), tiene un escape y fallecen personas ubicadas en torno a ella, radioactividad que alcanza al continente europeo. A partir de esta situación se prohíbe consumir muchos alimentos en ese continente, que podrían haber sido irradiados. Por ejemplo, se permitía comer ciertas verduras si habían sido cultivadas en invernaderos, de lo contrario no, etc.

Dos meses después, me encontraba paseando por diversos países de Europa y percibí el temor de la gente. Se veía en lugares públicos de ciudades de Alemania, Austria, Suiza e Italia, entre otras, como muchos jóvenes juntaban firmas para pedir que se desactivaran las centrales atómicas.

En esa fecha  visité unos amigos que viven en Suiza y tuve la oportunidad de ver los refugios atómicos con que se equipaban las viviendas nuevas, claro que también existían refugios colectivos donde era posible albergar cientos de personas en caso de registrarse una explosión o escape atómico.

Me impresionó el tema, quedó dando vueltas en mi mente. Cuando me dirigía a La Academia (14/06/1986) a visitar el monumental David de Miguel Ángel, en Florencia, leí un titular en un quiosco de revistas que decía algo así: “Ha muerto el poeta” y se veía un retrato de Borges, diario que debe estar archivado en mi casa, vaya a saber dónde. Noticia, que me agregó emotividad, desánimo, como lector de su obra.

El caso es que cuando regresé decidí pintar un cuadro evocando estas vivencias y estuve un tiempo pensando y bocetando el mismo en mi cabeza, hasta que lo plasmé en la tela. “Evolución Cero”, trata de mostrar el crecimiento del hombre, su evolución, hasta llegar al David, como icono concebido como perfección, como el escalón más alto de la humanidad, finalmente, para nada. Gente que señala el problema, responsables que desoyen y huyen con sus máscaras puestas.

Cuando detona la bomba atómica o se produce un escape desde una central atómica, solo quedan mutilados, muertos, personas irradiadas, con una muerte a corto plazo. Esta es una breve reflexión de porque pinté esa tela. Luego, la desgracia natural y el escape reciente de la central atómica sufrida en Japón, despertaron en mí nuevamente este pensamiento y angustia humana. Vivimos en un mundo que de empeña en iluminar todas sus ciudades como si siempre estuvieran de fiesta, en hacer circular millones de automóviles, derrochando energía, desarrollando fabricas y fábricas de mercancías repetidas hasta el cansancio, solo con marcas diferentes, para incentivar el consumismo y llenar el mundo de objetos,  por los que el hombre desespera por tenerlos, para luego transformarlos en basurales casi imposible de eliminar en el corto plazo.
El consumo exagerado de energía y las apetencias del mercado ha llevado a países como Japón, ha tener decenas de centrales en una superficie país relativamente pequeña. El cuadro expuesto, expresa la desazón de saber que a pesar de todos lo acontecimientos sucedidos, la evolución del hombre nuevamente esta en punto cero, solo desarrolla tecnología, basura tecnológica, sociedades consumistas, no importe como termine el planeta ni sus habitantes.

Cita:
(*) Alrededor de esa fecha envié esta obra a un concurso de pintura de la Fundación Amalita Lacroze de Fortabat, creo se trataba del Premio Fortabat y fue rechazada. Cuando fui a retirarla  me encontré  con Federico Peralta Ramos, (Artista plástico, humortista, etc.) que había obtenido el mismo resultado con su obra y mirando mi obra me dijo: -Y que querés, si hiciste explotar la bomba” al tiempo que comenzó a gritar: -¡Somos rechazados, somos rechazados!...invitándome a seguirlo y a que que camináramos por la Av. Figueroa Alcorta  hasta llegar a la Recoleta y luego allí, seguir la protesta, en la esquina de La Biela. Mi obra tiene dimensiones grandes, frente a la que él presentara, por lo tanto luego de gritar abrazados, mostrando nuestras obras en la vereda, me retiré del lugar.  La obra no fue expuesta, hasta que hoy se la expone en el Blog.

Copyright Norberto Álvarez Debans.

lunes, 30 de mayo de 2011

La búsqueda del estante

Cuento breve:

Por Norberto Álvarez Debans

En el primitivo estado de las cosas, el humano quiso suspender sus rudimentarios objetos en el espacio inmediato que lo rodeaba, pero inevitablemente caían sobre el terreno virgen. Era elevar cosas, soltarlas y verlas caer. En una lucha vana contra la incongruencia de la desazón y el fracaso.
Algunos logros como colocar elementos sobre piedras más elevadas o sobre troncos de árboles, le mostraron la punta del ovillo, en la afanosa búsqueda. Pero entonces bastaba un movimiento grotesco o un roce de la tosca persona con los objetos para precipitar contra el suelo lo que había querido suspender. Seguido del inconfundible estrépito que acompaña al golpe en presencia del silencio ancestral de aquellos días y la consabida rotura de lo frágil.

Ante el repetido acto de la insistencia y la gravedad de la situación, éste ser en sus devaneos, trató de inquietar a generaciones tras generaciones sobre el problema, dando forma así a una ansiada y estructurada necesidad de mantener los objetos de uso cotidiano ligeramente suspendidos por sobre el nivel del piso y a la altura de la vista, cansados de ver todo adherido al suelo. Situación esta que condicionó su perspectiva, nacida del agotamiento de ver siempre de arriba los objetos, lo que derivó en la creación misma, al fabricarlos de una chatura grotesca y un aplastamiento inservible para contener lo envasable.
Así fue como desde esta perspectiva, un antiguo y anónimo aborigen, cargado de toda la ansiedad humana heredada de sus antepasados (agotados en la práctica diaria de hacer objetos, elevarlos, soltarlos y verlos caer), casi al borde de la locura, propia del fracaso y rotura de sus ideales, descubrió; ¡El plano horizontal!

El “plano horizontal”, de la noche a la mañana cambió las cosas del lugar inferior en que se las tenía. Esta forma nueva de superficie plana de diferentes espesores fue interpuesta con terquedad entre el vacío y el terreno virgen, dotado de la virtud de soportar los objetos que se apoyaran en ella. Venía así a evitar la oscura desazón de los tiempos signados por la atormentante caída.
A partir de tan feliz acontecimiento, inteligentes e iluminados artesanos, se entregaron a balancear pesos y resistencias para emprender la carrera de crear planos para salvar de la irremediable caída los elementos que se osaban elevar por sobre el piso. Así fue como la febril actividad que se desató, comenzó a llenarnos del mobiliario que contenía en su diseño, el mentado plano horizontal. Pero como lo primero es lo primero, se satisfizo el apetito de mejorar las condiciones en que se comía y durante un almuerzo un día apareció "la mesa", y los comensales parados a su alrededor, rápidamente  idearon un apoyo, en su afán de comodidad y entonces: un día, también "la silla"...

Esta nueva posición de sentados sobre un plano, en otro nivel, fue fundamental para pensar. Con posterioridad todo el mundo se dedicó a pensar sentado, planificando sobre la mesa la utilidad del hallazgo, aplicándola a una infinidad de objetos vanguardistas. Es importante destacar otros hechos, cansados de hacer el amor en el suelo, con las consabidas molestias de piedritas que se clavaban en la espalda o en las rodillas, algún espiritual decidió elevar el amor, apareciendo así el gran plano horizontal, el más buscado y codiciado. Capaz de contener a la pareja humana en un límite de superficie plana, sin los rolidos de las prácticas al aire libre. Condicionando el sentimiento por el otro, al nuevo artefacto denominado "cama". Convirtiéndose de inmediato en el ama del amor, ya que la solicitud amorosa que se puso de moda en esos tiempos fue: ¡Vamos a la cama!

La cama primigenia fue reforzada para soportar los cuerpos totalmente desparramados, en movimientos y desinhibidos de cualquier ley  física. Posibilitaron así elevar nuestros sueños, enriquecidos en lo fantástico, lo que derivó en una nueva visión de la actitud fecunda de ejercer la práctica más placentera del roce humano, paroxismo que contribuyó a expandir con mayor comodidad y prontitud la raza humana por todo el planeta y con el, también a “la cama”.

El gran devaneo que preocupó al primitivo en los comienzos, hizo pensar mucho tiempo después al mismo Newton, (ante la caída de otra culposa manzana), quién tuvo en ese instante el chispazo de los iluminados al dictar una ley para reglamentar la gravedad, de aquel viejo problema del equilibrio que vino mucho tiempo después de los angustiosos comienzos, a explicar la necesidad del plano horizontal.

No podía ser otra la actitud del sabio, ya que para una grave situación no hay nada mejor que aplicar una ley explicando la gravedad. Reglamentando así el tema de la caída, sólo logró desarrollar más aún la idea del plano horizontal, como una apetencia masiva, desparramándose por todos los rincones del orbe. Pero aunque preservar la caída aleje el mareo de la gravedad, (latente en toda pérdida de equilibrio), se seguirá intentando subir más y más. Pero el único plano donde reposaremos finalmente, seguirá siendo el más bajo de todos.

martes, 8 de marzo de 2011

Duendes del Taller




    Por Álvarez Debans



    No se, si te ha ocurrido a vos pintor amigo, esos días de dudas, a veces tenés ganas de pintar pero no sabes qué vas a pintar, o sabes qué vas a pintar pero, no esta claro con que composición vas a encarar la obra o aquello del estilo, del “ismo”, de los que hay tantos y que frecuentas y que te van a servir para representar la idea, la imagen, para hacer la obra que en definitiva vas plasmar en la tela o   en un objeto.

    Si ya sé, son esos días en que no arrancás, así de una, por el contrario, de pronto te paseas por el taller mirando el techo, los cuadros, la ventana, las luces, las sombras, el patio (evocando la rosa china que ya no está) hasta que aparecen los duendes que habitan el taller, estos  suelen salir de vez en cuando, de entre los cuadros, de los placares, cuando caigo en estas vicisitudes de comportamientos y decisiones encontradas.

    Te confieso, que a estos duendes los veo si bien de vez en cuando, reconozco sus caras, sus largos cuellos, los hay muchos, viven como en comunidad flotando dentro del taller, sobre los cuadros, sobre mi cabeza, sobre las pinturas. 


    Hoy he visto entre otros  al duende expresionista, al geométrico, al surrealista y de pronto aparece el de moda, el que más se muestra en la actualidad, el duende dialógico, que influyó en algunas de mis últimas obras.

    No me preguntes, porque si son duendes o espíritus, se materializan y tienen caras. Bueno esto se parece a un cuento, por ahí es un cuento o es un sueño, como quieras, pero forma parte de un imaginario que quiero mostrarte. Así que finalmente decidí hacer “obra-objeto”, con técnica mixta, policromada, para representar estos seres fantasmáticos del taller, los que ahora develo en el Blog, bien definidos, sin ese halo de duende, para que los conozcas y los reconozcas si se aparecen en tu taller.
     
    Bueno, entre pintores nos entendemos, “hay tanto por hacer”, sobretodo cuando el arte es todo placer.




    Obras (Detalle):
    Duende Dialógico
    Duende Expresionista
    Duende Surrealista
    Duende Geométrico

    martes, 4 de enero de 2011

    EL Banquete Dialógico


    Artículo:Por Álvarez Debans
    Esta pintura, que estuvo ubicada a la cabeza del Blog, hata el 1º de julio del 2011, si bien es una continuidad de “Conexión Dialógica” ubicada dentro de la “Serie ojos” esta pensada inicialmente bajo el concepto de “banquete”, constituyendo una consideración diferente a la idea de conexión, obra inicial y ya expuesta en el Blog.

    El Banquete nos habla de una reunión festiva, programada, quizás con un fin o tema principal, lo que ubica a los participantes en cercanía con otros seres. Esta oportunidad esta reflejada en la obra, donde es posible imaginar  a los concurrentes, en torno a una mesa, representados cada uno por un ojo y una extensión, su idea, su postura, su contribución a la comunicación.

    Al intercambiar ideas, pensamientos, se produce un enriquecimiento, un actuar con el otro y los otros. Verán que hay ideas que se asocian con otras, que se complementan y enriquecen, otras que por el contrario quedan ahí, sobre la mesa, sin que sean tenidas en cuenta.

    Obra:
    El Banquete Dialógico y detalle de la misma.

    domingo, 14 de noviembre de 2010

    El paraguas se rompió

    Cuento
    Por Norberto Álvarez Debans
    Aquella tarde, víspera de fiestas, salí de la agencia más temprano de lo habitual. No había estado bien en todo el día. Sentía ganas de estar solo, conmigo mismo, en contacto con la naturaleza. Sin ese entorno de gente, problemas y encierro. Había sentido frío, a pesar de la calefacción.
    Me confortaba caminar con el sol apenas tibio sobre la espalda. Caminé por Arenales, la misma calle de la agencia, decidido a marchar sin apuro hasta Plaza San Martín -siempre me he sentido cómodo en esa zona. Cuando deseaba recomponerme, ordenar mi interior, (en esa circunstancia), me sentaba en algún banco del paseo mirando a lo lejos, en dirección a Plaza Británica. Arropado con el sobretodo, las solapas levantadas, la cálida bufanda de lana, las manos en los bolsillos y las piernas extendidas...así, permanecía en sosiego hasta que comenzaba a oscurecer. Sentía verdadero placer allí. Inexorablemente, la Torre de los Ingleses me devolvía el tiempo.
    El sol, como encauzándose por la calle, producía destellos en los vidrios de los edificios, detrás de los cuales se iba escondiendo lentamente. En su desplazamiento, los automóviles reflejaban la luz en sus cromados y vidrios traseros, dinamizándola, y marchaban como huyendo del sol hacia Retiro. Las sombras se estiraban lánguidas sobre el pavimento, efecto de la iluminación rasante sobre los objetos. Mientras caminaba, sentía que mis tensiones se relajaban, percibiendo la respiración acompasada, profunda, ejercitada de ex profeso. La pequeña nube de vapor que me acompañaba por momentos, se iluminaba grotesca y misteriosa sobre mi cara. Tenía la impresión de caminar por un callejón sin salida. A medida que avanzaba, se hacía más y más notoria esta sensación de entrar en otro lugar. Me parecía percibir menos ruidos, como si el murmullo de la calle se silenciara.
    A veces me asombran estos procesos mentales, propicios para acondicionarnos a fastidiosos errores en la percepción del tiempo y las situaciones. Sin embargo, era consciente de que no podía ser así... no se trataba de un callejón sin salida, de eso estaba seguro. Por otra parte, ya se divisaba a media cuadra la plazoleta que está frente a la Cancillería y más adelante, entre los árboles, la estatua de San Martín. Deseé caminar más rápido, quería estar en la plaza -ese era mi destino- y cuanto antes, mejor.
    Apenas terminaba de cruzar Esmeralda, vi que doblaba -viniendo de la calle Basavilbaso- una elegante viejita Se acercaba en sentido contrario a mi, lo que me permitió observarla. Vestía un largo tapado, bastón, y una cartera pendiente de la mano izquierda. Avanzaba decidida, moviendo acompasadamente el bastón y pendularmente la cartera. Miraba el piso al andar, imbuida en sus pensamientos. Quizás muchos años atrás...
    Me llamó la atención la hermosa iluminación que le confería el sol al caer. Blanqueaba su rostro y su cabello, que lucía recogido hacia atrás, algo suelto sobre la cabeza. Una brisa movía caprichosamente un mechón sobre la sien. Sus piernas, blancas, por efecto de las medias y la luz. El tapado, la cartera y su bastón, negros. Con sus pasos, movilizaba el brillo de los zapatos, inquietando la escena.
    ¿Cuántas veces habrá hecho este camino, cuántas veces habrá pasado por la Cancillería?, - Pensé.
    A medida que la observaba, comenzaba a percibirla diferente, como si estuviera mucho más cerca de mí. Casi podía respirar su agradable perfume, su atmósfera...-¡Qué extraño!, nos separaba más de media cuadra. -Estaba lejos, aun no había pasado esa columna ornamentada del alumbrado. Esa era la realidad; sin embargo, podía percibir su respiración. Cuando levantó la cara, pude ver sus ojos claros,.. -Desteñido cielo de tiempos y visiones. -Imaginé.
    Con el balanceo, su cartera desprendía desde sus herrajes reflejos dorados que herían mis ojos. Tuve necesidad de cerrarlos y restregármelos. Cuando recuperé la visión, la vi en medio de una nebulosa, confundida su figura con el vapor de mi respiración. Allí observé su imagen,.. cómo perdía pie y caía. Su bastón saltaba de su mano derecha, quebrándose, mientras ella quedaba de cara al piso en la salida de la Cancillería. Lentamente giraba su cuerpo para quedar de costado, mirándome.
    Sin embargo, la viejita seguía caminando hacia mí, con el mismo ritmo y la gracia con que la descubriera; pausado el andar, esbelta y segura. Ya más cercana, presentía lo que había sido una hermosa mujer; veía su rostro joven y su figura vestida con un trajecito color beige, vivos en pana marrón y su cartera al tono. El cabello castaño, recogido, desprendido un mechón sobre la sien. Elegante y distinguida, me miraba sonriente, mientras balanceaba su paraguas marrón, con destreza y picardía.
    ¿Se deformaba o confundía en mi mente la realidad? A pesar de la indagación, tuve el presentimiento de que todo esto ocurría. Fue como un relámpago; ¡Lo supe con certeza! Impulsado no sé por qué fenómeno sensorial, apuré el paso, casi corrí... ¡Ya era tarde! La viejita caía sobre la explanada del edificio, calcando la figura de mis pensamientos, delante de mí, exactamente igual. Mientras me acercaba temeroso, alcé su bastón partido en dos. Arrodillándome a su lado -con elaborado respeto- vi sus ojos celestes. Me miraba con asombro, como extasiada, quizás por el encuentro, o por el dolor. Percibí el recuerdo de un viejo amor...
    -¿Se golpeó?, atiné a preguntar.
    Sin moverse, recostada sobre su lado derecho, hizo un esfuerzo y apoyando suavemente su cálida mano en mi brazo, me dijo:
    -¿Dónde estabas José María?... ¡Tantos años!, ¿Cuándo volviste?
    -Y balbuceando, como pensando en voz alta, prosiguió:
    -¡Qué casualidad!, ¿te acuerdas cuando me conociste aquel ocho de julio, yo había estrenado ese trajecito beige que tanto te agradó después; -Sonriendo continuó; -¿Te acuerdas José María como me ponderabas los ojos?, salías de la Cancillería, regresabas de Inglaterra, para las ceremonias del nueve de julio...
    ¿Y el paraguas? -Inexplicablemente quiso saber.
    -El paraguas se rompió, le respondí… Creo que ya no me escuchaba.
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    Del libro inédito, "Zangamanga". Copyright Norberto Álvarez Debans

    sábado, 2 de octubre de 2010

    Marie L'acrobate (1936), una musa en mi obra





    Por Álvarez Debans

    Cuando visito el Museo Nacional de Bellas Artes, siempre me llama la atención, el cuadro de Fernand Léger, “Marie L’acrobate” de 1936 (óleo de 130x97cm).
    Los pintores solemos ver algunas telas de otros pintores y “desearlas”, nos agradaría tenerlas expuestas en nuestra casa o taller. Al percibir detenidamente este cuadro, tratando de “entenderlo”, como un todo; composición, forma, figura, fondo, atrae la atención. Luego, al desconstruir ese todo, en partes, algo nos despierta. Posiblemente al estar lograrlo con escasez de recursos, invita a la recreación. Creo, se trata básicamente de la organización, del equilibrio logrado con colores puros, la mostración, la armonía, la pose de “Marie L’acrobate” expuesta en un primer plano, una forma sustancial y destacada, frente al observador.

    Según un catálogo del museo (Buenos Aires, 1996), expresa que Léger aplicó aquí la estética “maquinista” para elaborar este retrato, de tipo monumentalista, ocupando todo el espacio de la representación. Mostración de la figura humana con la que coincido, ya que las mujeres que pinto, suelen ser retratadas así, en mis obras, ocupando todo el cuadro, exhibiendo a la mujer actual, como mujer “alfa”. Las expongo al observador como un objeto de deseo; absoluta, segura de si, como suele presentarse hoy desde la visión de la moda, del mercado de los objetos-mercancías. La comunicación publicitaria ha hecho de la mujer objeto y sujeto de su discurso. A ella van dirigidos la mayoría de los mensajes y a la vez, es ella la encargada de mostrarnos los nuevos productos. En mi caso, la he presentado, mayoritariamente, como crítica a las tendencias del consumo.

    Mi primer obra pensada “desde Léger” fue;”Una Diva”, 23/04/1997, expuesta en las Salas Nacionales de Cultura (Palais de Glace) en una muestra individual (1999) que titulé “Mujeres, Clonas y Divas”, hoy ya no esta en mi taller. Luego siguieron otras como; A veces Léger, 25/08/2002; Otra vez Léger, 07/09/2008, Pensando en Marie L’acrobate, 14/06/2010 y finamente (por ahora), Oh Marie L’acrobate, 21/09/2010.

    Quizás otro día, reincida en la representación de Marie L’acrobate de Fernand Léger, felizmente, el arte nos lleva por caminos no predecibles.
    Obras según ubicación en el Blog:
    Marie L'acrobate, Fernand Léger, 1936
    Pensando en Marie L'acrobate, 14/06/2010
    Oh Marie L'acrobate, 21/09/2010
    Una Diva, 23/04/1997
    Otra vez Léger, 07/09/2008
    A veces Léger, 25/08/2002
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    Copyright Norberto Álvarez Debans. Prohibido su reprodución fuera del ámbito de Internet. Se autoriza la publicación del texto y la reproducción de mis obras en ámbitos académicos.