Por Norberto Álvarez Debans
Cuando estaba terminado de escribir el libro; Conversaciones entre un filósofo y un publicitario (2008), junto con mi colega el Profesor Daniel Stchigel, filósofo, con quien nos habíamos reunido a conversar sobre publicidad y filosofía, advertimos, de pronto, que nuestros pensamientos se acercaban y se separaban acordando y desacordando, sobre los temas expuestos y, finalmente, nos vimos exponiendo convicciones sobre la sociedad, el ser, sus conductas, la creatividad, el arte, lo real e irreal, el recato, el erotismo, el mundo infantil, los mandamientos, entre otros mientras las llevábamos al texto, fue una experiencia filosófica-publicitaria grata y fructífera, plena de creación. Pero, el concepto que me lleva a este artículo, es referirles el momento en que había que dar por terminado el libro, la angustia de tener que cerrar el mismo. Quienes escriben, saben que luego del fin del libro sobreviene un vacío profundo, un no pensar más sobre un tema que se posiciona en el consciente, en el subconsciente, pasando luego a dar vueltas y vueltas en la mente, durante horas, días y meses, hasta incorporarlos a los sueños.
Para cumplir con el rito final, debía escribir “El Epílogo”. Pase unos días sin saber que exponer en el mismo. De pronto, (pensando con mi otro hemisferio cerebral, el derecho, el artístico), mientras observaba unos cuadros en el atelier, me encontré con el cuadro que ilustra la nota, de la serie La Nube; “Mis modelos” (1992). En este cuadro he pintado a “mis” modelos, son 12 diferentes mujeres, designadas con nombres muy literarios y significantes, (con excepción de Cristina, mi madre, de significación personal). Por orden, en línea de derecha a izquierda; Cristina, Beatriz, Gaia, Magdalena, Pachamama, Evita, Eva, Diosa, Afrodita, Nacha, Publicidad y María. “Publicidad”, esta dama fue la chispa que detonó el epílogo del libro, ya que siempre consideré a la Publicidad como una mujer, si desean pueden leer “El Epílogo” en (1) .
El proceso creativo tiene ese despegue, ese “pum para arriba”, instante en que todo cierra y volamos a escribirlo, concretando el pasaje de la creatividad a la creación. La pintura es trabajosa, elección, disolución y mezcla de colores, selección de pinceles, tarea manual, composición y apreciación perceptual constante, pincelada y observar, pincelada y tapar, pincelada y velar, descubrimiento, impronta y ruptura, mucha sensorialidad. Pero son muy buenas amigas, pintura y escritura, las invoco constantemente y como en este caso, a veces se juntan. Creo que me faltó pintar otra mujer; Arte, debería pintar hoy un nuevo cuadro con 13 mujeres o 14, con Poesía.
(1) EL EPILOGO:
El proceso creativo tiene ese despegue, ese “pum para arriba”, instante en que todo cierra y volamos a escribirlo, concretando el pasaje de la creatividad a la creación. La pintura es trabajosa, elección, disolución y mezcla de colores, selección de pinceles, tarea manual, composición y apreciación perceptual constante, pincelada y observar, pincelada y tapar, pincelada y velar, descubrimiento, impronta y ruptura, mucha sensorialidad. Pero son muy buenas amigas, pintura y escritura, las invoco constantemente y como en este caso, a veces se juntan. Creo que me faltó pintar otra mujer; Arte, debería pintar hoy un nuevo cuadro con 13 mujeres o 14, con Poesía.
(1) EL EPILOGO:
Obra: Mis Modelos, de la serie La Nube, 43x51cm, finalizada 02/07/1992, R291. La Nube y Publicidad, detalles de la obra mencionada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario